domingo, 19 de diciembre de 2010

Entrevista de Peio Aguirre-Elena Vozmediano.

Preguntas de Elena Vozmediano (rojo)
Respuestas de Peio Aguirre (en negro)

-¿Conoces algún programa formativo que responda realmente a las necesidades de los jóvenes críticos? ¿Y algún programa de prácticas?
 Para mí la mejor formación es aquella que no tiene que ver directamente con el asunto que se pretende estudiar. Quiero decir que es necesario cierto modo indirecto de aprendizaje. En cualquier caso, ante la ausencia de talleres de crítica de arte y la inminente llegada de los cursos de comisariado, en la actualidad dirijo bajo el nombre de “Crítica Práctica” un taller de crítica en el Centro Cultural Montehermoso de Vitoria, cuya primera edición tuvo lugar la pasada primavera y esperamos poder continuar el año que viene.

-¿Y algún programa formativo que responda a las necesidades de los jóvenes comisarios? Las instituciones ofrecen becas de comisariado o formación en prácticas ¿se preocupan realmente de preparar a los jóvenes para el mundo profesional?
 A lo dicho antes habría que combinar la multiplidad de los modos de aprendizaje, hacer cursos/talleres en vez de “el curso”. Desconfío de los cursos de comisariado per se y creo que son más interesantes los programas teóricos, los talleres de crítica o los talleres impartidos por algunos artistas.

-Ejemplos ¿En qué horquilla de honorarios trabaja el crítico? (periódicos, revistas, catálogos) ¿Cómo han evolucionado los honorarios en los últimos 10 años?
 Es muy difícil establacer una horquilla, los suplementos de periódicos se pagan mejor que las revistas de arte, pero estamos en una fase donde la crítica no puede limitarse a escribir en suplementos y revistas tal y como las conocemos. Los honorarios están más bien congelados.

-Los suplementos culturales tienden a tener menos espacio y las revistas siempre han tenido dificultades económicas, ¿qué perspectivas de subsistencia ves para unos y para otras?
 Los suplementos tiene el futuro garantizado, funcionan dentro de una idea de la Cultura que es rentable para el medio y para el lector. Las revistas tal y como las conocemos, amparadas en la publicidad institucional más que en la venta de ejemplares lo tiene muy difícil.

-¿Pasará la crítica a Internet? ¿Cómo podría ser, en ese caso, económicamente rentable?
 La crítica retribuida económicamente desde las revistas se hunde, una opción de subsistencia estaría en la creación de un vínculo ideológico o empatía muy fuerte entre editor y crítico (cosa muy difícil), es decir, colaborar por algo más que por la ley de la oferta y la demanda. Iniciativas como A*Desk muestran una nueva dirección para la crítica de arte, así como los blogs. Yo mismo llevo un blog bajo la rúbrica “Crítica y metacomentario” que mantiene un buen índice de visitas. Intento fidelizar un/a lector/a. Me sorprende negativamente que los críticos no se independicen de los medios tradicionales (revista, periódico). La cuestión de la economía en la crítica online depende del establecimiento de líneas paralelas de trabajo.

-¿En qué horquilla de honorarios trabaja el comisario? ¿Cómo han evolucionado los honorarios en los últimos 10 años?
 Al igual que en la crítica y en los honorarios de un escritor dentro del contexto del arte, los fees del comisariado se mantienen congelados.

-¿Has notado que con los recortes presupuestarios hayan disminuido las oportunidades de trabajo para los comisarios independientes? (se tiende a que el personal del museo organice las exposiciones)
 Al contrario, si es bien cierto que la crisis afecta, se da cada vez más una necesidad del agenciamiento de comisariados exteriores en lugar de potenciar un equipo comisarial desde dentro de la institución. Hay instituciones y exposiciones donde se da un over-curating innecesario. Donde antes al problema era el defecto ahora se corre el riesgo del exceso. Mi tesis es que los centros deberían fomentar grupos interiores de comisariado en el seno y recurrir a comisarios externos en caso de de que estos incorporen un claro valor diferencial.
 
-¿Te preocupa el tratamiento que, fuera de los suplementos, se da al arte en los medios de comunicación? ¿Percibes mensajes contradictorios entre la crítica y el periodismo?
 Dentro de la lucha por la publicidad en la que se ha convertido el arte, donde instituciones/galerías, revistas/periódicos y críticos combaten a diario, la distancia entre el crítico y el periodista se ha acortado: ambos garantizan una dosis de publicidad semi-gratuita o completamente gratuita. En cualquier caso, la popuralidad social del arte no pasa por su mejor momento.

-En el trato con "empleadores" en general, ¿cómo de raro es que te ofrezcan algún tipo de contrato o compromiso con validez legal al hacerte un encargo? (sea una colaboración puntual, sea una relación más estable)
 Cada vez se lleva más el firmar contratos con instituciones. Incluido cuando se escribe un texto para un catálogo. Uno de los problemas del arte está en que hoy en día  todo funciona por demanda (on demand), es decir, se pide, se da, se plantean unos deadlines, etc. Oferta y demanda. Cada vez existen menos críticos que escriban por inquietud intellectual y necesidad, o comisarios que desarrollen proyectos de largo alcance. Todo comienza y termina con una petición y con satisfacer esa petición. Es necesario plantearte tus propios deadlines que estar a expensas del requerimiento institucional

-¿Sabes algo de tus derechos de autor? ¿Perteneces a alguna sociedad de gestión?
 Estoy al tanto, y formo parte del Consejo de Críticos de Artes Visuales.

-¿Crees que hay alguna diferencia entre los críticos y comisarios más jóvenes (digamos de menos de 40 años) y los más veteranos?
 Sí, mucha. No se trata de parcelar por edades ni generaciones, ni tampoco se trata de generalizar, pero parece obvio que existe una distancia enorme entre una generación pre-curating (proveniente de la Historia del Arte), y la actual tendencia al nuevo, casi Facebook-curating. Yo me sitúo al margen o independientemente de estas dos tendencias. Aunque generacionalmente (o por edad) podría situarme entre ambas, habiendo absorbido el movimiento curatorial internacional de finales de mediados-finales de los 90’s y comienzos del 00’s, mi posición actualmente es la de imaginar un estadio post-curatorial.

-¿Eres partidario de las convocatorias abiertas (concursos) para hacer la programación de algunas salas o para eventos como bienales?
 Estoy radicalmente en contra de que las salas de exposiones oferten su programación y a favor de que las salas expositivas recruten comisarios y directores con contratos temporales, renovables, pero nunca fijos o estables. Apuesto por una relación de la institución con su contexto. Me sitúo en contra del funcionariado en el arte. Vuelvo a decirlo: equipo curatorial en el seno de la institución. Y esto lo digo desde mi condición de comisario independiente que nunca ha estado en la nómina de ninguna institución. En el caso de las biennales, al ser instituciones temporales, no me parece mal que se puedan realizar convocatorias abiertas en determinadas circunstancias.

-¿Te parecen necesarias las acciones conjuntas por medio de asociaciones, plataformas, etc? ¿Cuáles crees que pueden funcionar mejor?
 Sí. Las asociaciones de artistas deben tener más peso. Las asociacionismo de los artistas me parece el más fundamental, por ser el colectivo más desunido y frágil. Un asociacionismo de galerías y otro de críticos me parece también clave. Ojo, digo críticos, no solo comisarios.

-¿Te parece apropiado que el comisario sea además crítico de arte (escribiendo opinión para periódicos o revistas)?
 El comisario debería tener más habilidades que la de comisario, debería saber escribir, pero no puede nunca cometer errores que contradigan su función. Mi tendencia es luchar por una dialéctica entre crítica y comisariado pero siendo escrupuloso de las contradicciones que de esta combinación se derivan. Un comisario puede ejercer la crítica sin tener que escribir reseñas en revistas y periódicos. La crítica es más que esas reseñas. Luego hay una diferencia entre comisarios fre-lances y aquellos trabajando en el seno de instituciones.

-¿Crees conveniente un código deontológico para la crítica de arte?
 Absolutamente. Hace falta unos mínimos y el Consejo de Críticos de Artes Visuales ha desarrollado las bases para un código ontológico.

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